El Renacimiento no creó una filosofía positiva sino que se limitó a ejercer una severa crítica racionalista de la escolástica medieval (Scholasticism). Gozaron de especial aceptación las corrientes filosóficas que atendían a la vida moral como el escepticismo (Skepticism), que encajaba perfectamente con la posición crítica y negativa respecto a la dogmática escolástica; el estoicismo(Stoicism), que se avenía muy bien con la exaltación de la dignidad moral del hombre y con su sometimiento a las leyes de la naturaleza y su varonil aceptación del sufrimiento; y sobre todo el epicureísmo (Epicureanism) porque respondía al nuevo concepto hedonista de la vida que tenía como norte el placer, si bien equilibrado por la inteligencia.
De los grandes filósofos de la antigüedad, el Renacimiento prefirió a Platón (Plato) más que a Aristóteles (Aristotle) aunque se realizaron intentos de fusión entre las dos tendencias filosóficas que representan el idealismo y el realismo racionalista. A la Academia florentina se debe mucho la difusión de Platón, sobre todo en los Diálogos de amor de León Hebreo (Judas Abravenel) y El cortesano de Castiglione. Según éstos, la belleza de los seres materiales es un reflejo de la divina, por lo que el amor y la admiración por aquellos puede conducirnos a la divinidad. La mujer, el arte y la naturaleza son las tres fuentes principales para llevarnos a Dios. Así se limpió y dignificó de las adherencias más groseras el amor por lo material y se idealizó el sentimiento amoroso.
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