domingo, 9 de octubre de 2016

EL QUATTROCENTO



El Quattrocento (término que en castellano significa cuatrocientos, por los años pertenecientes al siglo XV). Es la etapa inicial y tiene a la ciudad de Florencia como su punto central es uno de los períodos más importantes del panorama artístico europeo.
Encontrándose de esta manera también la aplicación de las denominaciones de Primer Renacimiento o Bajo Renacimiento para la designación de dicho momento
.


Va a ser éste un siglo de descubrimiento por parte de la comunidad artística e industrial durante el que la república de Florencia se constituirá en sede central de la misma, gracias al apoyo de mecenazgo realizado por parte de grandes familias como los Médicis y al extraordinario desarrollo económico del que será protagonista




la ciudad contaba con 120000 habitantes y era la mayor potencia de la zona media de Italia.   Sirvió de residencia, si no permanente al menos si de forma temporal, a los artistas más famosos de aquel momento: Giotto (probablemente 1266 – 1336), Donatello (1386 – 1466), Masaccio (1401 – 1428), Miguel Ángel (1475 – 1564) y Lorenzo Ghiberti (1378 – 1455)




ARQUITECTURA
La arquitectura se inspiró en la arquitectura clásica y podemos distinguir dos características:
·         Búsqueda del orden y la proporción.
·         Uso de elementos clásicos: arcos de medio punto, columnas, frontones, cornisas y cúpulas.
Los dos mayores exponentes de la Arquitectura del Quattrocento serán Filippo Brunelleschi y León Batista Alberti.

Ambos arquitectos manifiestan una genialidad desconocida hasta el momento. Entre sus obras más destacadas no podemos olvidar la Cúpula de la Catedral de Santa María de las Flores de Florencia (Brunelleschi) y la fachada de Santa Maria Novella (Alberti).



ESCULTURA
La escultura, inspirada también los modelos clásicos, se centró en la representación del cuerpo humano.
Mientras que en la escultura medieval primaba el arte narrativo (se trataba de contar secuencias, episodios evangélicos, etc.) ahora nos encontramos con un arte menos narrativo y mucho más sensorial: se pretende representar figuras o escenas bellas.
Aunque siguen predominando los temas religiosos, aparecen nuevos temas: paganos, mitológicos y alegóricos, a imitación de la época clásica. La figura humana es el centro de la escultura y aparece de nuevo el desnudo.
Aparece una nueva estética: el realismo idealizado, que es lo que se conoce como dolce stil nuevo, el dulce nuevo estilo.

Lorenzo Ghiberti (1378-1458)
Su obra maestra será la puerta este del Baptisterio de la Catedral de Florencia: La Puerta del Paraiso.
Paradigma de relieve pictórico. Adoptó la forma cuadrada, muy apropiada para conseguir un efecto pictórico. El efecto lo consigue decreciendo el modelado hacia el fondo, donde coloca como pantalla paisajes naturales o arquitecturas clásicas.

Donatello (1382-1466)
Representó, sobre todo, el cuerpo humano, en todas sus etapas: en su infancia, juventud y vejez.
Destacó por el dominio de la técnica del bajorrelieve, que se caracteriza por el schiacciato, su peculiar manera de difuminar las líneas con suavidad, sin bruscos contrastes de luz y sombra.
Debe bastante al pasado clásico: la belleza clásica, la delicadeza se nota desde sus primeras obras, el culto al desnudo, el retrato ecuestre. Entre sus obras más reconocidas podemos citar el David, El Condottiero Gattamelata.

PINTURA

Tema central de la pintura será el del dominio de la perspectiva lineal. Se buscará el equilibrio en la composición. El paisaje irá, poco a poco, ganando terreno: se vuelve a admirar a la naturaleza.

FRA ANGÉLICO (1387-1455)
Fue llamado Angélico y también Beato por su temática religiosa, la serenidad de sus obras y porque era un hombre de extraordinaria devoción. Su obra, de principios del Quattrocento, combina elementos góticos (como el decoratisvismo) con otros novedosos (como la aparición de elementos arquitectónicos clásicos, perspectiva, naturaleza). Su obra más representativa es La Anunciación del Convento de San Marcos.

MASACCIO (1401-1428)
Fue el primero en dominar plenamente las leyes de la perspectiva. Sus figuras destacan por su monumentalidad, como puede apreciarse en El Tributo, de la Capilla Brancacci, de la Iglesia de Santa Maria del Carmen de Florencia.

PIERO DELLA FRANCESCA (1416-1492)
Sus obras se distinguen, en primer lugar, por el tratamiento volumétrico y la falta de expresión de las figuras. También se preocupó ampliamente de la perspectiva. La luz en sus cuadros es uniforme y suave, bañado delicadamente toda la superficie. Su obra más representativa es Federico de Montefeltro.

SANDRO BOTTICELLI (1445-1510)
Domina en él la vocación de dibujante: sus líneas prevalecen sobre los colores.
Demuestra una sensibilidad exquisita (Figuras de canon esbelto y alargado, movimientos y luz suaves). Destacan sus obras de temas mitológicos como La Primavera.


Mercurio – Hermes: El Dios queda identificado por los calzados con las alas y por el caduceo usado para separar serpientes y hacer la paz (Botticelli ha representado las serpientes como dragones alados); con su yelmo y su espada, parece claramente el guardián del jardín de Venus. Estira la mano para tocar las nubes con su caduceo para dispersar la niebla. Mira hacia el cielo, lo cual se interpreta como unión con el más allá. Mercurio seria intermediario entre los hombres y los dioses, pero también el dios de los comerciantes.

Flora: es la única del grupo que mira directamente al observador y parece que intenta esparcir sus flores por el exterior de la escena. Destaca también por su sonrisa, pues es infrecuente en la pintura renacentista, en particular en Botticelli, cuyas mujeres están siempre serias, abstraídas.



 Las Tres Gracias: Servidoras de Venus, dedicadas a una graciosa danza, están representadas como tres jóvenes casi desnudas y luciendo peinados elaborados y diversos. El cabello suelto soló podían llevarlo las jóvenes solteras. La de la izquierda, la Voluptuosidad, la central, la Castidad y la de la derecha, la Belleza.

Céfiro y Ninfa: Dios del viento benigno representado con colores fríos mientras busca el amor de la ninfa. Sopla la dulce brisa que hace posible la primavera.  La Ninfa Cloris, de su boca salen las flores primaverales que Flora recoge en su vestido transparente.

Venus: se encuentra en el centro del cuadro y sirve de eje a la composición, volviendo ligeramente la espalda al resto de las figuras. En torno a su cabeza se aclara la arboleada, formando una especie de aureola. Está representada como una Madona, con el cabello cubierto por cofia y velo, como una mujer casada. Viste una camisa larga y, por encima, vestido y manto, que cae de forma asimétrica, como el de Mercurio. El vientre prominente era considerado gracioso, y un signo de elegancia era colocar la mano sobre una tela, para evidenciar su belleza.






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